Campaña Mundial de Salud Pública de la OMS
Semana Mundial de la Inmunización 2017: las vacunas funcionan
24 a 30 de abril de 2017
La Semana Mundial de la Inmunización – que se celebra la última semana de abril – tiene la finalidad de promover el uso de las vacunas para proteger de la morbilidad a las personas de todas las edades.
La inmunización salva millones de vidas y en todo el mundo se la reconoce ampliamente como una de las intervenciones de salud más costoeficaces y que da mejores resultados. A día de hoy sigue habiendo en el mundo 19,4 millones de niños sin vacunar o insuficientemente vacunados.
Cinco años de Decenio de las Vacunas
En 2017, el Plan de acción mundial sobre vacunas llegará a medio camino; aprobado por 194 Estados Miembros en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2012, tiene el objetivo de haber prevenido millones de muertes por enfermedades prevenibles mediante vacunación al final de 2020.
A pesar de las mejoras registradas en los países y la importante tasa mundial de introducción de vacunas nuevas, los avances hacia todas las metas de eliminación de enfermedades, relativas al sarampión, la rubéola y el tétanos materno y neonatal, llevan retraso.
Para que todos, en todos los lugares, sobrevivan y prosperen, los países tienen que desplegar esfuerzos más concertados hacia la consecución de los objetivos del Plan de acción mundial no más tarde de 2020. Además, los países que han logrado los objetivos, o han avanzado hacia ellos, tienen que trabajar para que esos esfuerzos perduren en el tiempo.
Objetivos de la campaña de 2017
El objetivo principal de la campaña es sensibilizar al público acerca de la importancia fundamental de lograr una inmunización completa a lo largo de la vida, y de su función en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles fijados para 2030.
En el marco de la campaña de 2017, la OMS y los asociados tienen previsto:
Subrayar la importancia de la inmunización entre las máximas prioridades de las inversiones sanitarias a escala mundial.
Promover el conocimiento de las medidas necesarias para lograr la plena aplicación del Plan de acción mundial sobre vacunas.
Exponer la función de la inmunización en el desarrollo sostenible y la seguridad sanitaria mundial.
Por qué la inmunización importa ahora más que nunca
Ampliar el acceso a la inmunización es esencial para que se logren los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La inmunización sistemática es un componente fundamental de una atención primaria de salud robusta y de la cobertura sanitaria universal, pues supone un punto de contacto con la atención de salud al comienzo de la vida y proporciona a los niños la posibilidad de gozar de una vida saludable desde el principio.
Asimismo, la inmunización es una estrategia fundamental para la consecución de otras prioridades sanitarias, desde el control de las hepatitis víricas hasta el freno de la resistencia a los antimicrobianos, o una plataforma para la salud de los adolescentes y el mejoramiento de la atención prenatal y del recién nacido.
El llanto. Sabías que?
Especialistas en medicina psicosomática de la Universidad de Munich señalan que dejar llorar a los bebés podría afectar su desarrollo cerebral por varias razones.
Los especialistas comentaron que aumenta la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea,
Agregaron que hay una menor oxigenación de la sangre que llega al cerebro, esto provoca que llegue sangre con mayor presión en la fase de esfuerzo, lo que puede desencadenar en hemorragias cerebrales y sus secuelas.
La hormona del estrés «cortisol» aumenta predisponiendo a una reacción que puede aumentar la capacidad de resistir a las infecciones.
Los bebés no solo tragan aire, gastan mucha energía esto genera que aumenten sus leucocitos como si luchara contra una infección. El niño que sufre un llanto prolongado, no interactúa con su entorno, aseguraron los especialistas, trayendo en consecuencia menos oportunidades de atravesar experiencias positivas que ayuden a su desarrollo.
Los niños se portan peor con su mamá
Control de Esfínteres
Lo que hay que saber:
- El control de esfínteres es una adquisición del desarrollo del niño. Su adquisición tiene una base orgánica: que implica la maduración neurológica necesaria de su sistema nervioso; y una base emocional que implica el adecuado desarrollo psicoafectivo y buen vínculo con su entorno.
- El proceso es diferente en cada niño, como caminar y hablar. Es un logro gradual, no puede imponerse ni enseñarse.
- El período crítico o sensitivo óptimo para que el niño logre controlar: entre los 2 y 3 años de vida.
- Es un proceso con idas y vueltas. Como todo aprendizaje: no es lineal.
- Es un paso muy importante en el desarrollo mental, emocional y social del niño porqu es la primera vez que el niño toma la decisión de no dejar libre curso a la satisfacción de sus necesidades, implica crecimiento.
Qué necesita su hijo para lograrlo?
- Ante todo comprensión, respeto y paciencia. Que sus iniciativas sean respetadas. Confiar en sus capacidades. Respeto hacia los propios ritmos de desarrollo.
- No forzarlo
- Proponerle juegos de trasvasado de agua, juegos con masas y/o plastilina entre otros.
- Hablarle para que avise cuando quiera ir al baño sin presiones.
- Familiarizarlo con el cuarto de baño.
- Ver a su pares para imitarlos.
Características del niño de 2 años. Relación madre/padre – hijo.
En esta etapa se integra aún más lo planteado en las etapas anteriores, como la importancia de la comunicación y vinculación por medio de la acción y el lenguaje. Comienza a adquirir mayor relevancia el juego, y la relación con el mundo externo.
A través del juego el niño expresa aspectos internos, lo utiliza como herramienta para crear, procesar, elaborar y representar las diferentes situaciones que incorpora del mundo externo. El niño busca activamente el intercambio, la exploración y la experimentación. El niño se encuentra en un estado de extrema vulnerabilidad. Se derrumba emocionalmente muy rápido. Se frustra con facilidad cuando no logra lo que quiere y llora desconsoladamente. No puede decodificar sus emociones por lo que el adulto debe respetar sus iniciativas, sus expresiones y ponerle en palabras lo que va sucediendo, nombrando aquellos estados emocionales que se van presentando de forma clara y precisa. Todo esto facilita el registro y expresión de sus necesidades, desarrolla la empatía ya que se siente comprendido y reconocido por un “otro” que lo acompaña y lo cuida con ternura y respeto. La necesidad de contacto corporal continúa sobre todo en aquellos momentos que el niño se siente ansioso, enojado y triste. Es muy importante comprender y ser pacientes frente a la expresión de la agresión, con el acompañamiento adecuado y la regulación afectiva por parte del adulto el niño podrá ir desarrollando la capacidad de manejar su agresión, al mismo tiempo que la posibilidad de reparación, y la adquisición de la empatía en los vínculos y relaciones.
En esta etapa comienza el proceso de control de esfínteres, ya que el niño se encuentra más maduro tanto emocional como físicamente para lograrlo. Es una etapa intensa con relación a su desarrollo, en la cuál expresará intensos y diferentes sentimientos con relación a su mamá y su papá, comienza afianzarse su propia identidad. Se afianza el proceso de construcción de límites y normas.
La función de la madre es de manipulación (handling), las necesidades del bebé-niño cambiaron, por lo tanto la forma de vincularse con él también. Según Jorge Martínez, la interacción entre el niño y su medio ambiente, en el que sus padres desempeñan un rol fundamental, dará como resultado la clase de niño y persona que será. Los padres son los primeros y más importantes maestros del cerebro y la mente de un niño. Es fundamental el rol que los padres desempeñan en estructurar el circuito neuronal que ayuda a los niños a regular la respuesta al estrés.
El sentido de seguridad de los niños surgirá de las relaciones seguras y confiables con sus padres, de las experiencias de todos los días. Esta es una etapa difícil porque el niño se encuentra entre el mundo del bebé y la primera infancia. Para la percepción de su padres, puede parecer más independiente, sin embargo necesita de su presencia y el contacto. Unos padres disponibles le recrean un ambiente facilitador.
Es importante brindarle al niño un entorno seguro, afectuoso y de atención constante, sin ninguna vivencia negativa. La flexibilidad es una cualidad que debería estar presente en la crianza. Cuando hablamos de amor, hablamos de tiempo y es lo que necesita el niño para una crianza adecuada a sus necesidades.
Al finalizar esta etapa el niño se encuentra emocionalmente más fuerte, más autónomo (independiente). Incorpora la noción de Temporalidad (comienza a comprender el pasado-presente-futuro). Es muy importante acompañarlos, favorecerles y estimular sus logros con relación a su autonomía al mismo tiempo que contenerlos en los momentos que se frustran por lo que aún no pueden hacer por sí solos. Si el proceso del desarrollo madurativo se fue produciendo favorablemente, el niño internalizará aún más la figura materna y sus funciones de cuidado, lo cual lo habilitará y preparará para su socialización con el mundo externo fuera de su familia. Así va constituyendo su identidad (su personalidad), tiene la necesidad de afianzar sus elecciones.
Los padres deben estar muy atentos al bebé y sus señales, ya que él irá indicando el camino de cada una de sus metas. Un niño al que se le respeta su ritmo de adquisición se considera respetado y comprende que lo que hace está bien. Aumenta su autoestima.
Ignorar el llanto del bebé desincroniza los cerebros de la criatura y su madre
La profesora de Psicología en la Universidad de North Texas, Wendy Middlemiss realizó un estudio a partir de la pregunta que se planteó con su propio hijo, si los métodos conductistas para “enseñar” a dormir al bebé a base de ignorar su llanto eran saludables o si eran perjudiciales para su bienestar emocional.
Cuando Middlemiss buscó la justificación científica para esta práctica, no encontró ninguna. Poco después comenzó a investigar sobre el tema para averiguar qué dice la ciencia acerca de si los padres deben responder a los llantos nocturnos de sus hijos. Los resultados de esta investigación fueron publicados en la publicación Early Human Development.
“Los bebés dependen de los padres para regular sus estados emocionales en el primer año de vida. Necesitan que los padres les ayuden cuando están alterados. Por tanto no responder al llanto les impide aprender a calmarse cuando están en dificultades” dijo Middlemiss. El apoyo a los bebés cuando están alterados o cuando lo necesitan, -lo cual está muy condicionado por la disponibilidad emocional de los padres-, puede contribuir a una mejor calidad del sueño, así como a una mejor salud emocional y social.”
Trabajando con enfermeras en Nueva Zelanda, comenzó a estudiar a un grupo de lactantes que participaban en un programa de sueño realizado en el hospital. Uno de los primeros estudios consistía en estudiar la respuesta fisiológica al estrés de madres y bebés durante el “entrenamiento” basado en la no atención del llanto. Middlemiss utilizó kits de prueba de saliva para estudiar diferentes marcadores hormonales de estrés en los bebés y sus madres, como los niveles de cortisol. Sus resultados indican que los padres tienen razones para estar preocupados con la forma en que los bebés experimentan este “entrenamiento”.
“Encontramos que mientras que el método había tenido un “éxito” aparente ya que los niños terminaban por dejabar de llorar y en algún momento posterior se dormían, los niveles de estrés fisiológico se mantuvieron muy altos, incluso cuando en las madres las respuestas de estrés eran más bajas (ya que pensaban que el bebé se había dormido)” dijo Middlemiss.
Middlemiss dijo que su investigación indica que, al menos durante los primeros días del entrenamiento, la prolongada falta de respuesta materna se asocia con los altos niveles de estrés infantil. Ella señala que el hecho de que los niveles de estrés de los bebés sigan siendo altos es un problema, pues puede afectar a cómo se configura el sistema de respuesta al estrés, que maduran durante ese primer año. El estrés crónico puede causar que los bebés desarrollen un sistema de respuesta al estrés hiperactiva, lo que puede dar lugar a dificultades posteriores en la regulación de las respuestas sociales y de comportamiento. Estas dificultades pueden incluir trastornos de atención, comportamiento antisocial y, posiblemente, incluso obesidad.
El estudio halló que los bebés “entrenados” ya no lloraban de noche, incluso cuando estaban en dificultades, lo que evidenciaba en una falta de conexión entre el bebé y su madre (y algo de lo que no se habla: de la pérdida de sensibilidad de los adultos a las necesidades de los bebés).
“Es importante darse cuenta de que el sueño es diferente en los adultos que en los bebés”, dijo Middlemiss. “Además, los niños cuyos padres los atienden cuando se despiertan suelen dormir la misma cantidad de tiempo durante la noche, ya que los despertares suelen ser por períodos más cortos”. Middlemiss sugiere ayudar a los padres a entender que dejar que los niños lloren hasta dormirse puede estar asociado con un estrés continuado.
Bases para una crianza sin castigos
Rosa Jové sostiene que el castigo es un fracaso del educador. Si el educador mediante explicaciones, razonamientos, consigue educar o cambiar un conducta es que tiene éxito, cuando no lo logra es cuando siente que debe recurrir al castigo.
El clima familiar influye en los castigos. Es importante trabajar para que el clima emocional del hogar sea tranquilo para poder eliminar los castigos. Si posibilitamos la participación de los niños en la construcción de modelo de familia y de persona que queremos estamos facilitando educarlos sin utilizar métodos punitivos. Es importante que haya un marco afectivo adecuado, que los hijos puedan expresarse libremente y que toda la familia participe activamente en el proceso de toma de decisiones.
Los padres deben predicar con el ejemplo, debe haber una coherencia en las normas impuestas con el estilo de vida de los padres. Una educación sin castigos debe basarse en el respeto mutuo de todos sus miembros. Nadie tiene derecho a menospreciar al otro. El niño está construyéndose con persona y como adulto y si falta el respeto a alguien puede que todavía no tenga adquirido ese valor, pero los padres no deberían fallar en este aspecto pues se supone que es un aprendizaje que ya tienen hecho. La empatía del padre es la capacidad de ponerse en el lugar de su hijo, intuir que es lo que puede pensar o sentir y actuar con la comprensión y sensibilidad que eso requiere. Esto nos lleva a la idea que no podemos juzgar las acciones de un niño sin saber las razones que le han llevado a realizarlas.
Todos los niños tienen ua razón para obrar aunque sea equivocada. Si lo adivina y ve que la razón es errónea lo podrá educar haciéndole ver que aquello es equivocado. En otros casos descubrirán que su hijo tiene razón. Si los padres aportan mucho apoyo a sus hijos los castigos se reducen y la convivencia es más fácil. El error debe ser visto como oportunidad de mejorar y aprender.
La legitimidad es cuando los hijos otorgan a sus padres la autoridad para realizar su función. Es importante que los hijos vean que los padres son los que más experiencia tienen para poder expresar su papel.
A fin de cuentas, que es un niño? Una persona dependiente. Si tenemos eso en cuenta siempre acertaremos en como tratar a los niños. Un niño no es un adulto imperfecto al que hay que enderezar. Un niño es una persona y por tanto digna del máximo respeto desde el primer día. Respetamos a las personas y tenemos en más consideración a las que no pueden valerse enteramente por si mismas, es el caso de los niños. El respeto implica valoración, comprensión, miramiento y reconocimiento de su necesidades. El cuidador adulto debe saber que un niño tiene su propio ritmo a respetar, que necesita un trato amoroso, confiado, cariñoso. La relación entre dos personas debe basarse en el respeto mutuo, después y a la vez en el cariño, y más si es persona próxima y en la solicitud de la una para la otra (del adulto al niño por ejemplo) si hay disimilitud de capacidades.
Bibliografía:
- Rosa Jové, “Ni rabietas y conflictos”
- José María Paricio, “Tu eres la mejor madre del mundo”
El sorprendente Recién Nacido
Saber como es un recién nacido es fundamental para cuidarlo de forma adecuada, cálida y para ser empáticos con él. Como hemos visto en otros artículos, el recién nacido tiene dos estados de conciencia: sueño profundo, período de tiempo en el que la respiración es regular y profunda sin presentar movimientos de cabeza o extremidades. Cuando duerme profundamente suele ser muy difícil despertarlo.
La fase de sueño superficial (REM o movimiento rápido de los ojos) se caracteriza por respiraciones más irregulares, movimientos intermitentes de brazos, piernas o cabeza y movimiento rápido de los ojos que se aprecia bajo sus párpados cerrados. Se ha observado que los bebés alternan una fase de sueño profundo con otra de superficial y esta alternancia es muy importante para su correcto desarrollo neurológico. También pueden estar adormilados o somnolientos, en este caso se les cierran los párpados y se puede ver como el globo ocular se desvía hacia arriba. Ocurre cuando acaban de despertarse o si están a punto de dormirse, por lo tanto es una fase transitoria. Los bebés también están despiertos pero inquietos (alerta inquieta): ojos abiertos y movimientos regulares y frecuentes de extremidades y cabeza. Dan la sensación de no estar cómodos y muchas veces lloran. En períodos cortos de tiempo es posible encontrarlos en alerta tranquila: ojos abiertos, sin moverse, pendientes de lo que pasa a su alrededor. El recién nacido pasará de un estado de alerta inquieta al de llanto o de alerta tranquila dependiendo del estímulo que reciba o si es atendido en sus necesidades.
En alerta tranquila, el bebé manifiesta sus habilidades, que aunque las tiene ya de recién nacido, las apreciamos más a los dos meses de vida, cuando sus períodos de alerta tranquilo son más prolongados.
Las habilidades del recién nacido son:
- La vista: se ha comprobado que el recién nacido ve muy bien a una distancia entre 15 y 45 cm., justo lo que le separa de la cara de su madre cuando mama. Prefiere las formas redondas a las geométricas, fija su mirada en la nuestra si lo miramos a los ojos. Cuando nos mira, observa el contorno de nuestro rostro y clava su vista en nuestros ojos. Si dejamos de mirarlo desvía su mirada. No sólo fija su mirada sino que es capaz de imitar nuestra expresión facial e incluso de responder a una expresión de enfado con una de preocupación. Esta capacidad de imitar una expresión facial se pone en envidencia con tiempo y paciencia.
- El oído: tiene predilección por las voces agudas y por la voz femenina en particular. Los sonidos fuertes lo asustan, le aceleran el ritmo cardíaco y respiratorio y se le enrojece la piel. Experimentos sofisticados han comprobado que los bebés prefieren la música clásica a la moderna, la voz humana a la música clásica, la de su madre a todas las demás voces y sobre todo la voz de su madre filtrada por los ruidos de su corazón e intestinos.
- El olfato: los recién nacidos son muy sensibles a los olores, no soportan los olores fuertes, penetrantes y reaccionan de forma desproporcionada. Intentan alejarse de la fuente de olor y lloran. Son capaces de percibir la diferencia entre el olor coporal y el olor de la leche de su madre y el de otras madres. Las sensaciones olfativas tienden puentes entre el ambiente intrauterino y el extrauterino y ayudan a la maduración cerebral del bebé.
- El gusto: puede distinguir entre varios sabores y muestra una clara preferencia por los sabores dulces. Le desagrada los sabores ácidos o agrios. Asi parece que el feto, el recién nacido y el lactante se van acostrumbrando poco a poco a los sabores habituales de su casa, los que le serán ofrecidos más adelante.
- El tacto: la comunicación del recién nacido con sus padres ocurre a través del tacto. La madre con solo tocar a su hijo es capaz de conseguir que este pase del llanto a estar tranquilo, es el poder de las caricias. El tacto es un sistema de mesnsajes entre el bebé y sus padres. El contacto, las caricias suaves ejercen un poderoso efecto calmante sobre el bebé inquieto, las caricias rápidas un efecto estimulante si el bebé está tranquilo o adormilado. Los bebés notan los cambios de temperatura, perciben el calor, capacidad de la que hacen buen uso cuando buscan el pezón, ya que éste está más caliente que el resto de la mama. Para encontrarlo desplazan la boca hacia la punta más caliente. También nota el frío pero son sus padres quienes le procuran el calor que necesita ya que todavía no puede regular su temperatura corporal temblando. El contacto físico es el mejor consuelo y el mejor pasatiempo posible para un bebé. Puede ser de gran ayuda para los papás descubrir las preferencias de su hijo y averiguar que tipo de contacto lo relaja o activa. Saber ésto en los momento difíciles les permitirá hacer buen uso de ese conocimiento.
Los recién nacidos son capaces de sentir bienestar y desesperación, frío y calor, hambre y saciedad; de sentirse desprotegidos o completamente seguros, abrazados y queridos. Viven sólo el presente, sienten sólo en el presente.
Los recién nacidos se encuentran bien o mal, no tienen término medio porque no saben autorregularse ni calmar su stress ni su angustia por si mismos. Su objetivo es estar a gusto, confortables, este es el sentimiento básico adecuado para los bebés. El lugar que cubre estas expectactivas es el cuerpo de su mamá donde puede satisfacer sus necesidades básicas (calor, alimento, protección) y que contribuye adecuadamente a su desarrollo físico y emocional.
Bibliografia:
- Adolfo Gomez Papí, “El Poder de las Caricias”
- Hetty van de Rijt y Frans Plooj, “Las semanas Mágicas”